A todos nos gusta una buena historia. La mayoría de las veces, muchas de las narraciones que nos gustan tienen algo en común: una sensación de progreso, un viaje. Ver a nuestros personajes favoritos atascados en una situación difícil nos preocupa, pero una vez que finalmente encuentran la forma de superarla, experimentamos un increíble grado de satisfacción y alivio. Por no mencionar que no es ningún secreto que a todos nos encanta verlos crecer y hacerse mejores a medida que avanza la historia.
Si bien estas grandes narraciones pueden encontrarse a menudo en novelas, películas y programas, ¿quién puede decir que no son evidentes en el mundo del deporte? Para el artículo de hoy, nos centraremos en un grupo en particular: la selección nacional de fútbol de España. Basta con decir que la selección española ha pasado por muchos altibajos desde su creación, y hoy echaremos un vistazo a algunos de esos momentos.
En algún sitio hay que empezar
Como muchas cosas, este equipo comenzó su andadura en la casilla de salida. Dicho esto, esta historia comenzó en 1909, el año en que se estableció finalmente la Federación Española de Fútbol. A pesar de ello, no fue hasta 1920, unos once años más tarde, cuando se formó la primera selección nacional, justo a tiempo para que España participara en los Juegos Olímpicos de Verano de 1920. Mientras que en otras historias los personajes suelen tener comienzos difíciles, no es el caso de ésta. La selección española de fútbol debutó en un partido internacional contra Dinamarca. Nada más empezar, el equipo ya tenía el pie firme en el acelerador y acabó ganando su primer partido por 1-0. No es un mal comienzo, sin duda, pero los retos no acaban ahí.
Por lo que parece, se puede decir que el equipo tuvo un comienzo bastante decente en la gran liga. Tras ganar a Dinamarca, España perdió contra Bélgica por 3-1. Unas veces se gana y otras se pierde, ¿verdad? Afortunadamente, el equipo no se dio por vencido ahí y continuó su camino, apuntándose a competiciones y entrenando para mejorar sus habilidades en el campo.
Cómo llegar
En casi todos los casos, entrenar el propio oficio es sin duda una de las mejores inversiones que uno puede hacer para sí mismo. Por un lado, le ayuda a comprender mejor las cosas que ya ha aprendido y al mismo tiempo le da margen para estudiar nuevas posibilidades. Todo ese trabajo duro ha dado sus frutos, y se nota en los partidos que han disputado. Aunque haya tenido su buena ración de derrotas, la selección española mostró una importante mejora en 1934, cuando se incorporó al torneo de la Copa del Mundo de ese año. Uno de los momentos más notables de la competición sería su partido contra Brasil. Ganando finalmente el partido por 3-1, España marcó los tres goles en los 11 minutos de la primera parte. Ganó el primer partido contra Italia en los cuartos de final, aunque finalmente perdió en la repetición por 0-1.
A pesar de un comienzo impresionante, sus primeros pasos en el Mundial estuvieron lejos de ser excelentes. Para ayudar a mejorar el equipo un poco más, la Federación Española de Fútbol trajo al icono del fútbol Helenio Herrera como entrenador. Con su experiencia en este deporte, el grupo consiguió su primera gran victoria, al ganar a la Unión Soviética por 2-1 en la fase final del Campeonato de Europa de 1964. Gran parte del mérito corresponde a Herrera, pero los propios jugadores también son dignos de elogio.
Los máximos de la carrera y Tiki-Taka
Por muy grande que haya sido esa victoria, el siguiente triunfo increíble de España no se produjo en las siguientes décadas. Si bien es cierto que han conseguido muchas victorias aquí y allá, no se puede negar que ninguna de ellas alcanzó el mismo grado que su victoria en la fase final de la Eurocopa de 1964. Para entonces, el equipo contaba con un nuevo entrenador, Luis Aragonés. Al ver que contaban con una lista de individuos hábiles, aunque cada uno con sus propias debilidades en las que trabajar, no es de extrañar que Aragonés acabara pensando en una nueva estrategia que sacara el máximo partido a cada jugador. El resultado fue que el equipo español desarrolló un estilo de juego centrado en el pase y la posesión, llamado tiki-taka.
No hace falta decir que esta táctica acabó convirtiéndose en una ventaja para el equipo. La primera vez que utilizaron el tiki-taka fue en la Eurocopa de 2008, en la que salieron victoriosos y consiguieron el primer puesto. Este estilo de juego también jugó a favor del equipo en el Mundial. Después de unas cuatro décadas sin victorias importantes, España rompió por fin la racha tras ganar a Rusia por 3-0 y a Alemania por 1-0. A partir de ese momento, la selección española de fútbol se llevó el mérito de convertirse en el primer equipo europeo en ganar una Copa del Mundo y en el único que ha ganado dos campeonatos de Europa consecutivos.
La hora del regreso
Después de un tiempo, Aragonés dejó el cargo de seleccionador y entonces entró en escena Vicente del Bosque. Bosque mezcló la táctica del tiki-taka con un estilo de juego más directo, haciendo al equipo aún más agresivo. Basta con decir que dio sus frutos, aunque sólo durante un tiempo. Después de ganar todas esas competiciones, los equipos contrarios encontraron por fin la forma de contrarrestar el tiki-taka de España. Aunque esto puede haberles hecho decaer un poco, no se puede negar que el equipo todavía tiene mucha gasolina en su depósito. Con sus partidos más recientes mostrando una mejora significativa, no estaría de más estar entusiasmados con el próximo partido de España en el campo.